28 de agosto de 2007

Brisa en la ventana del auto.


Guau.


La vida corre rápido.

Hay gente querida que espera guagua. Hay gente cercana que se casará feliz dentro de los próximos días. Hay gente querida que está lejos y echo de menos. Hay gente cercana que se desvanece cada día más, y que no sé si dar por muerta o echarle aguante en el proceso natural de fin de ciclo (El alzheimmer es una mierda).


Uf.


Estoy estresado a mango (a prop...gran serie de TV ¿no?) y no tengo tiempo ni de darme cuenta.


Durante los últimos seis meses he producido un promedio de 7 u 8 shows para televisión a la semana.


Me he sentido de vuelta en la escuela. Aprendiendo como loco de la manera más guarra: ensayo y error.


He entendido que el handicap del oficio de productor no está en las (abundantes) horas trabajadas, sino en el desgaste emocional.


Lo bueno de todo esto, es que estoy volviendo a escribir (texto y música), y por primera vez con disciplina.


La verdad, me cuesta respetar a la gente que ha escrito antes de vivir.


Es una cosa de piel.




No way.




Tira, después hablas de sexo.




Siéntete morir, y después hablas del fin.




Encuéntrate dando vueltas en tu piso sin saber dónde ir, y después hablas de soledad.




Haz algo. Y después criticas.




No hay otra forma.




La vida avanza como una brisa en la ventana del auto.

Ahí ves tú si cambias la temperatura ambiente con eso, o no.