20 de julio de 2007

Cosas que dices porque escondes otras.


Hay que saber hablar cuando debes hablar.
Hay que saber desconfiar del silencio propio.

Me imagino el quilombo que quedaría en el planeta, si un día al año se practicara el día de la honestidad brutal.

Pienso en cuanta declaración de amor provocaría crímenes atroces.

Cuanta crítica al hueso detonaría depresiones terminales.

Cuantas amistades funarían. Cuanta cesantía debutante.

Y también cuanta sanación, claro.

Alguien cercano decía el otro día que la vida cobra mucho más sentido si se asume como un ciclo perpetuo de envenenamiento y sanación.

Wow.

Juerte.

Hay gente que se queja porque - según el Conace - se supone que subió el consumo de caños y bajó el de motes.

Ese es un claro ejemplo de acto fallido.

(yeah).

Carry that weight...

Me apesta la gente intolerante.
Pero lo que más me apesta aún es mi propia intolerancia.
Especialmente frente a la gente que castiga al mundo por la humillación sistemática que recibió en su período de aprendizaje.

Pero, gracias a esas paradojas de la vida que si las pones en ficción parecen rebuscadas, me enfrento cada día a gente que padece (y por añadidura me hace padecer) todas y cada una de las cosas que me descomponen.

O sea... al menos durante todo este año soy productor de televisión... (y'a know whada I mean....?).

I made my bed...now I sleep in it.

(cresta).