6 de enero de 2008

Hablar es gratis: Deconstruyendo a Héctor Soto.

¿Pueden un par de declaraciones desafortunadas destruir cuatro décadas de credibilidad?. Difícil. Si fuera por eso, aquellos que pensamos después de hablar con el credo, la guata y el alma en ristre, deberíamos acudir al recurso Cobain rápidamente.
Pero de que duele, duele.
Pienso en esto al leer la entrevista aparecida hoy en Artes y Letras, que Ernesto Ayala (el-mejor-escritor-chileno-no-explotado-por-la-elite-literaturosauria) le realizó al crítico de cine Héctor Soto, a partir de la próxima edición del libro "Una vida crítica". En éste, el cineasta/escritor Alberto Fuguet y el crítico Christian Ramírez compilan una selección con las crónicas de Soto, desde 1967 a la fecha.

Cito :

-¿Cómo es su relación con el cine chileno?

"Para qué voy a mentir. Creo que nunca he considerado el cine chileno como parte del cine. Como para mí el cine es gozo, es sensualidad, es erótica, con el cine chileno tengo una relación traumática, de coito interruptus, de malas posiciones."

Pienso: ¿Puede en algún sentido estar Soto en lo correcto?. El crítico de arte y el arte no son separables. Soto no escribe sus columnas desde un limbo supraterrenal. No escribe desde Nueva York, ni París. Soto está en Chile. En esencia, el cine chileno que el mira y critica es parte del panorama. Si no lo goza, es porque se siente inhabilitado para hablar de ello. Ante todo, un crítico SIEMPRE debe escribir con al menos uno de los pies en la tierra. El analista NO DEBE, NO PUEDE exponerse ante la obra pretendiendo constituirse el mismo en el canon. Es decir, puede hacerse, pero al cortar todo vínculo con el objeto observado, rompe toda conexión también con el lector. En este caso, lo único que habría que recomendar a Soto es una rápida vuelta a la escuela (si alguna vez pasó por ella), o al menos a los libros teóricos. O que se consiga rápidamente una buena barra de chocolate. O que suprima el Prozac de inmediato.

Cito otra vez:

-¿Y qué le parece Raúl Ruiz?

"Los críticos chilenos están convencidos de que es nuestro Roberto Matta del cine. Pero a mí La recta provincia me pareció, más que una tomadura de pelo con sus guiños al teatro del absurdo de los 50, una lata y una infamia".

Uf. Acá nos hundimos. Partiendo de esa afirmación ¿No es considerable acaso todo el corpus de Ruiz una tomadura de pelo con guiños al teatro del absurdo, una lata y una infamia?. Mister Soto: Sepa usted que aunque no le parezca, Ruiz EFECTIVAMENTE es nuestro Matta del cine, nuestro Neruda de la imagen en movimiento si quiere. Ruiz debe ser analizado en contexto. Criticar con esos argumentos una de sus obras es pensar que los cuadros de Pollock son desordenados, o que Lennon grita mucho cuando canta. Y en esto alego porque Soto es un cronista que no recomienda películas, sino que las analiza a posteriori. Entonces si no es capaz de seguir soportando el torcido sentido del chiste que tiene nuestro cineasta más importante...¿No sería mejor abstenerse?. ¿No?.

A ver. Explico que yo a Héctor Soto lo leo desde mis años de Comunicación Audiovisual. Sus textos son profundos, jugados, y en consecuencia con ese respeto antiguo por su body of work creo que es su ego el que está jugando aquí una mala pasada. También siento que hay algo de sesgo político hacia la derecha en su dardo. Cosa que no sería mala, pero si definitivamente muy triste.

No es mi norte censurar las opiniones de Soto. El tipo puede decir y escribir lo que quiera. Pero siento que arribando a cierto nivel, el líder de opinión debe enfrentar su responsabilidad, debe aceptar que ya no es cosa de andar de iconoclasta por la vida así como asi. Eso está bien para opinólogos pokemones. Pero no para un señor hecho y derecho.

¿Se entiende?.

En el blog de cine de Fuguet está la transcripción completa de la entrevista. Y si pinchan en la foto, por algunos días estará disponible el link al sitio de EMOL con la versión digital del texto.