Don't give to me that mumbo jumbo, you f...
Para su cumpleaños número 10, el año pasado, mi hija (que sabe y entiende mucho más de música que yo) tenía chipe libre en la elección de su regalo.
Del puñado de chucherías imprescindibles de minilola que escogió, el regalo favorito fue el disco de Kudai .
No voy a ponerme a batallar aquí conmigo mismo en un ensayo sobre méritos y deméritos del grupo. Kudai finalmente cumple una función social, la del perfecto grupo pop de moda para los niños, y es un proyecto armado a pulso por un empresario visionario y porfiado.
Donde me duele el caso, es en la noticia que divulgó radio Cooperativa ayer, en una entrevista a la mamá de Nicole Natalino, donde revela que la razón principal de la renuncia de la chica es un brutal desacuerdo económico.
¿Es posible que en 7 años de pega intensa, giras internacionales y uso (y abuso) de su imagen en campañas publicitarias, esta adolescente no haya sido remunerada jamás?.
¿Es posible que su único sueldo sea el bienvenido pero escuálido cheque del royalty por derechos conexos que entrega la SCD?.
Si la cosa es así, estamos mal, muy mal.
Conozco bien el tema de los flujos de plata en el mundo de la música. Qué se cobra, cómo y por qué.
Y me parece que, de ser cierta la denuncia, estamos ante un cuadro de patudez extrema que defintivamente debería concluir en una indemnización millonaria, y ojalá en un revisionismo supino sobre el tema en la historia musical chilena.
¿Precedentes?.
Muchos.
Camilo Fernández y la Nueva Ola (nunca aclarado).
Fusión Discos y Los Prisioneros (aclarado a palos).
Etc.
Feo es.
Niños, no lo hagan en casa.
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